
El Cooper’s Hill Cheese Rolling: la carrera más loca del mundo
Cada año, en la pintoresca localidad de Brockworth, en el condado de Gloucestershire, Inglaterra, se celebra un evento tan insólito como emocionante: el Cooper’s Hill Cheese Rolling. Lo que comenzó como una tradición local hace más de dos siglos, hoy es una cita internacional que atrae a participantes y curiosos de todo el mundo. El objetivo es tan simple como arriesgado: perseguir una rueda de queso que desciende a toda velocidad por una empinada ladera.
Orígenes y tradición
Aunque no se conoce la fecha exacta de su inicio, se cree que el concurso se celebra desde principios del siglo XIX, e incluso hay teorías que apuntan a raíces paganas vinculadas a la bienvenida de la primavera. La colina, conocida como Cooper’s Hill, ofrece la pendiente perfecta (y peligrosa) para el evento, con inclinaciones que superan el 50% en algunos tramos.
El queso protagonista es un Double Gloucester, un queso tradicional inglés de forma cilíndrica que pesa entre 3 y 4 kilos. Este queso no es cualquier pieza: está elaborado especialmente para el evento y envuelto en madera y cinta para soportar el descenso sin romperse.
Cómo funciona la carrera
El procedimiento es sencillo… al menos en teoría. Un maestro de ceremonias lanza la rueda de queso cuesta abajo, y segundos después, decenas de participantes se lanzan detrás de ella. Sin embargo, el queso alcanza velocidades de hasta 100 km/h, por lo que atraparlo es prácticamente imposible. La verdadera meta es llegar el primero a la base de la colina, donde espera la gloria, los aplausos… y el queso como trofeo.
La carrera suele durar apenas unos segundos, pero la pendiente, los desniveles y la hierba resbaladiza hacen que sea extremadamente peligrosa. No son raras las lesiones: esguinces, fracturas, rasguños y muchas caídas forman parte del espectáculo.
Una cita internacional
Con los años, el Cooper’s Hill Cheese Rolling ha pasado de ser una tradición local a un evento con repercusión mundial. Medios de comunicación de todos los continentes acuden cada primavera para cubrir la carrera, y los participantes llegan desde países tan lejanos como Japón, Australia o Estados Unidos. Algunos van en ropa deportiva, mientras que otros compiten disfrazados, añadiendo un toque de humor a la jornada.
El evento es gratuito y abierto al público, lo que hace que la colina se llene de espectadores. Muchos ni siquiera participan en la carrera, pero disfrutan de la comida, la música y el ambiente festivo que rodea la cita.
Más que una carrera
Más allá de la diversión y el espectáculo, el Cooper’s Hill Cheese Rolling es un símbolo de identidad cultural para la región. Representa el espíritu comunitario, la perseverancia y la capacidad de reírse de uno mismo, incluso cuando se acaba rodando por una ladera llena de barro.
En un mundo cada vez más digital y sedentario, este evento sigue recordándonos el valor de las tradiciones y la alegría de reunirse para celebrar algo único, aunque sea tan simple como perseguir un queso cuesta abajo.